A-Rod rompió el molde

Andy Roddick volvió a ser, al menos por un rato, aquel tenista potente y temible que fue hace unos años atrás. Sin Roger Federer ni Rafael Nadal, el torneo estaba a pedir de cualquiera que se animara. Ivan Ljubicic cayó ante Tommy Robredo, un rival tan molesto como impredecible. David Nalbandian volvió a demostrar que es su peor momento de la temporada y perdió en 2° ante un inspirado Stan Wawrinka. Otro de los que podían asomar y quedó en el camino fue James Blake, eliminado a manos del finalista Ferrero.
Con este panorama, Mr. Ace tenía todo servido para volver a disfrutar un título en casa. Sólo en la primera ronda necesitó la cantidad máxima de games para derrotar al italiano Daniele Bracciali. A partir de allí, el norteamericano ganó cada uno de sus encuentros con mucha autoridad y solidez. Volvió a lastimar con su derecha y, a partir de su saque, los rivales no tenían nada que hacer. Pasaron Vliegen, Chela, Murray y González antes de jugar la tan ansiada final ante el "Mosquito" Ferrero, quien había demostrado por qué estaba en la final. Blake, Soderling, Nadal y Robredo habían sido víctimas del buen juego del valenciano.
En una final en la que Roddick tenía todo a su favor, se terminó dando la lógica. El numero 10 del mundo encaró el partido agrandado y con mucha confianza. El español no pudo hacer mas que observar cómo Roddick se llevaba el séptimo Masters Series del año. A pesar de eso, Juan Carlos Ferrero manda un mensaje: habrá que estar atento en el US Open porque Ferrero pide pista y quiere ser protagonista.